¿Qué he aprendido? Lo bueno y lo malo.
Hacen seis años di uno de los pasos más importantes, drásticos y el más ilógico (para muchas personas) de mi vida. Con un nudo en la garganta, pero llena de FE y emoción, ese 23 de agosto, me monté en un avión y cambié el rumbo de mi vida. Dejé lo más que amaba (familia y amistades) y todo lo que tenía, por un futuro desconocido e incierto en el momento.
Muchos me preguntan: ¿Te gusta por allá? Mi respuesta siempre ha sido: “Es diferente.” Realmente no puedo comparar porque PR y NY han tenido objetivos diferentes en mi vida. Mi isla representa mi hogar, el lugar que me vio nacer y donde tengo todo lo que amo. La segunda es el lugar que me hizo crecer, entender, madurar, reflexionar y doblar rodillas. Esta última, y la más importante, no la hubiese logrado en PR porque muchas veces se necesita estar solo y caer, sin nadie que nos pueda ayudar, para entender la grandeza de aquel que nos creó, nos llamó y nos salvó.
Seis años en New York. Seis años de altas y bajas, de victorias y lecciones, de alegrías y llantos, de logros y fracasos, de llegadas y despedidas, de ilusiones y decepciones, de recibir y dejar ir, de aprender y desaprender… de vivir. Seis años de aventuras, locuras y montañas rusas, y, aún así, no cambiaría nada porque aprendí que la mano de Dios siempre está con nosotros en todo momento (incluyendo los devastadores). Aprendí que cada uno de estos me han ayudado a ser la mujer que soy hoy día. ¿Perfecta? ¡Nada que ver! Tengo una lista larga de defectos, pero puedo decir que no soy la misma persona de hace un año atrás.
La vida es un camino de continuo crecimiento y quien se detiene, se deteriora. Yo sé que muchas veces nos enfocamos en presentar el lado bonito de nuestra vida y en plasmar nuestras victorias, ocultando y descartando nuestro camino de piedras. Sin embargo, si no fuera por el último, no tuviéramos los primeros.
¿Cuántos años más en NY? Los que Dios diga… Lo bonito de este tiempo aquí, es que Dios me ha permitido poder ayudar a más personas a través de mis experiencias, de mi Fe y de mi testimonio en ÉL.
Sé que esto es para alguien porque llevo rato sentada tratando de escribir… La vida tiene muchas altas, pero también tiene sus bajas. Vas a pasar por momentos difíciles, pero son estos los que nos desarrollan, maduran y crecen. Eres tú quien escoge si quedarte en el medio, quitarte o continuar. ¡Sigue hacia adelante! Aunque todo parezca oscuro y sin salida, aunque la gente no te entienda, aunque estés cansado(a)… continúa.
Créeme que la luz siempre llega. ¡Ten FE!